Y así arrancamos con la primera reseña del primer disco del año y, en la práctica, la primera oficial del blog (la anterior fue un homenaje por los 40 años de La voz de los '80). Esta vez vuelvo con una de mis bandas favoritas, una que sonó sin descanso en mi viejo MP4 (¡qué tiempos aquellos, cuando descargábamos discos y el streaming apenas aparecia!) durante mis viajes a la universidad.
La conozco como la palma de mi mano, especialmente sus primeros cuatro discos. Pero hoy toca adentrarnos en su sexto trabajo de estudio. ¿Será algo realmente nuevo? ¿Notaremos una evolución en su sonido? ¿Estará repleto de éxitos radiales? Esas preguntas vamos a resolverlas.
Así que, The Human Fear de Franz Ferdinand, llegó tu hora.
Introducción
Siete largos años tuvieron que pasar para que la banda escocesa volviera al estudio de grabación. Su anterior trabajo, "Always Ascending", quizás su disco más flojo (aunque eso siempre es subjetivo), se sintió como un intento fallido de regresar a la escena con un estilo renovado. No logró ser algo realmente fresco, ni terminó de convencer a sus seguidores más fieles. Al final, quedó como un álbum pasajero, sin temas memorables.
Este 2025, sin embargo, encuentra a Franz Ferdinand con una nueva formación y más madurez, algo que, de cierta manera, se refleja en "The Human Fear". Este álbum marca un retorno a sus raíces, con guitarras que evocan su sonido más clásico, aunque con ciertos toques novedosos que los mantienen fieles a su estilo.
Si tuviera que definir este disco en pocas palabras, diría que es un regreso seguro: un trabajo que complace a los seguidores de la banda, pero que tiene poco impacto en la escena musical actual. Tampoco ayuda que el rock esté en un momento complicado en los últimos años.
The Human Fear es un álbum sin grandes éxitos radiales, pero que deja satisfechos a quienes aún recuerdan la grandeza de sus dos primeros discos (insuperables ya a estas alturas). No será revolucionario, pero es un recordatorio de lo que Franz Ferdinand hace bien, incluso cuando no busca romper moldes.
Tracklist
"Audacius" abre el álbum con fuerza y se posiciona como uno de los mejores tracks del disco. Inicia con unas guitarras muy al estilo Franz Ferdinand de la vieja escuela: melódicas, bailables y cargadas de energía. Poco a poco, la intensidad baja en el coro, que se torna más estable, tranquilo y muy cantable. Destaco especialmente el puente de piano, que introduce de manera impecable un nuevo verso y se repite después del segundo coro, conduciendo a una parte C mucho más lenta. Sin duda, un inicio interesante.
El segundo tema, "Everydaydreamer", es más pausado y apuesta por un coro repetitivo. Aunque cuenta con una figura de sintetizador agradable, la canción se siente densa y cargada, sin momentos de respiro. Esta saturación, junto con los estribillos constantes, da la impresión de que el tema dura más de lo que realmente es.
Luego llega "The Doctor", un intento por sonar innovador que no termina de funcionar. La canción parece desconectada del resto del álbum y, aunque solo dura 2 minutos y 41 segundos, se percibe demasiado larga. Es uno de los puntos más bajos del disco.
Por otro lado, "Hooked" logra un mejor equilibrio en su búsqueda de madurez. Construida sobre una melodía de sintetizadores, el track suena más moderno, aunque algo alejado del estilo característico de la banda de Kapranos. A pesar de esto, se agradece el esfuerzo por explorar sonidos nuevos.
Entramos ahora a mi parte favorita del disco: "Build It Up" y "Night or Day". Estos dos temas logran capturar el sonido clásico del grupo, pero con la adición de teclados y sintetizadores que bien podrían marcar el camino a seguir. Con coros pegajosos y entretenidos, guitarras y bajos bailables, estas canciones seguramente dejarán satisfechos a quienes esperaban algo más cercano a sus primeros trabajos. Los puentes bien diseñados evitan que se sientan largas, y la variación en ritmos, tanto musicales como vocales, les da un dinamismo refrescante.
"Tell Me I Should Stay", la séptima canción, es una de las que menos me gustan. Comienza con una introducción de piano muy larga (aproximadamente un minuto), que busca transmitir una sensación de miedo, en línea con la temática del álbum. Sin embargo, este inicio resulta desconectado del resto de la canción y genera ganas de saltarla casi de inmediato. Es un tema con tintes más acústicos (sin serlo del todo), pero que tampoco parece pertenecer al mismo disco. Los arreglos de guitarra y batería se sienten extraños y fuera de lugar.
Luego aparece "Cats", con una introducción suave que da paso a algo más movido, regresando a las melodías de guitarra. Aunque en sonoridad recuerda un poco a la canción anterior, esta sí suena más alineada con el estilo de Franz Ferdinand. Hubiera preferido que mantuviera el tono de la intro, pero aun así logra su objetivo de ofrecer algo fresco sin perder identidad.
"Black Eyelashes" es, sin duda, el punto más bajo del disco. La canción suena completamente ajena, tanto al álbum como a la banda. Si no supieras que estás escuchando el disco completo, podrías pensar que cambiaste no solo de álbum, sino de grupo. Personalmente, siempre la salto.
Por suerte, el álbum recupera fuerza con "Bar Lonely", que vuelve a un sonido más familiar. Aunque no es del todo clásico, este tema tiene buenos riffs, un coro pegajoso y una vibra fresca. Podría ser de lo más cercano a un hit dentro del disco. Es una canción lograda y entretenida, aunque el final no me convence del todo.
El disco cierra con "The Bird", retomando el sonido clásico de las guitarras, pero con un enfoque más repetitivo de lo habitual. Es un buen tema, aunque no el indicado para cerrar el álbum. Quizás si estuviera en otro lugar del tracklist, la percepción sería diferente. Aquí regresan esas guitarras algo chillonas que menos me gustan, pero en este caso encajan mejor. Tiene un coro potente, aunque no muy memorable, y la decisión de terminar el disco con una canción de este tipo no parece la más acertada.
Conclusión
Siempre he pensado que es muy difícil para una banda hacer más de un disco fuera de serie. Buenos discos, claro, muchos lo logran, pero discos extraordinarios son otro nivel. En el caso de Franz Ferdinand, tienen dos de esos: sus dos primeros trabajos. Su álbum debut es tan relevante que puede sentarse en la misma mesa con otros grandes como "Is This It" de The Strokes, "Whatever People Say I Am, That's What I'm Not" de Arctic Monkeys, ey quiza "Turn On the Bright Lights" de Interpol. Todos ellos son piezas fundamentales en el resurgimiento del rock en los años 2000.
Por eso, esperar que "The Human Fear" alcanzara ese nivel sería simplemente fantasioso. Ya fue una hazaña que lograran un segundo álbum tan bueno como el primero, así que, con eso en mente, este nuevo disco cumple con mis expectativas, porque no esperaba un trabajo excepcional. Menos en estos tiempos, cuando el rock parece estar de capa caída. Yo solo quería sentir de vuelta a los Franz Ferdinand de aquellos años dorados, y este disco lo logra. Eso, en sí mismo, ya es algo increíble.
"The Human Fear" me parece un buen disco, especialmente para quienes disfrutaron la mejor época de la banda, pero no más que eso: un buen disco. Lo primero que agradezco es su brevedad, con poco más de 35 minutos. Además, comienza con mucha fuerza, aunque no termina tan sólido como esperaba. También destaco los tintes de madurez musical que ofrece, sin alejarse demasiado (en la mayoría de los casos) de su sonido característico.
Si este álbum hubiera incluido algún hit de radio memorable, estaríamos hablando de una verdadera resurrección de la banda como uno de los grandes nombres de la música, porque lo son. Sin embargo, siento que ese no era su objetivo. Este disco es más bien una apuesta segura para complacer a los fans, y en eso aciertan completamente.
En mi opinión, "The Human Fear" marca una excelente vuelta de los escoceses al estudio. Tiene toques modernos, pero no se pierde en la experimentación. La energía característica de la banda sigue presente, y eso lo hace instantáneamente reconocible. Podría ser su mejor trabajo desde "You Could Have It So Much Better", y eso ya es decir mucho. Si no esperas el mejor disco de Franz Ferdinand, lo disfrutarás bastante.